Salsa de tomate

La salsa de tomate es un básico de la dieta mediterránea y en cualquier despensa, por la cantidad de recetas en las que podemos utilizarla, el inconveniente es que las que encontramos envasadas en el mercado contienen muchos azúcares y aditivos. Hace tiempo que quería probar a hacer mi propia salsa de tomate pero nunca me había animado hasta hoy.

Es una elaboración muy sencilla y requiere de los ingredientes que utilizas en tu día a día y puedes utilizarla para preparar arroces, pasta, patatas, verduras, o también puedes hacer salsa de tomate casera para conservar.

Para cocinar una buena salsa de tomate debemos tener en cuenta la calidad de los ingredientes, en cuanto a los tomates, podemos utilizar cualquier variedad siempre y cuando estén bien maduros, pero con unos tomate valencianos o corazón de buey obtendremos un salsa mucho más sabrosa. La razón por la que estas dos variedad son las más adecuadas es por la cantidad de carne y agua que contienen, además de proporcionar un sabor más dulce que evita que tengamos que rectificar con azúcar su sabor ácido.

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Antes de empezar a cocinar recomiendo leer la receta completa para preparar los ingredientes y tener claros los pasos.

Ingredientes

• ½ kg tomates
• ½ cebolla dulce
• 1 cucharadita de sal
• 10 ml aceite de oliva virgen extra

Preparación

En una cazuela honda calentamos un chorrito de aceite y echamos la cebolla cortada en brunoise o dados muy pequeñitos.

Sofreímos a fuego medio-suave durante 5 minutos.

A continuación añadimos los tomates troceados junto a la sal y cocinamos a fuego medio durante 45 minutos, removiendo de vez en cuando.

Pasamos los ingredientes a un procesador de alimentos o trituramos con una batidora de mano y probamos de sal.

Si nos parece que está demasiado ácida añadimos una cucharadita de azúcar y utilizamos a conveniencia.

A tener en cuenta

• Para quitar la acidez podemos utilizar edulcorantes alternativos o bien vegetales con un retrogusto dulce como la zanahoria.
• Podemos conseguir una textura más líquida añadiendo más agua y batiendo de nuevo.

¡Qué aproveche! Bon profit! Enjoy your meal!